
En el corazón de la Serranía de San Lucas, en la comunidad de Micoahumado, se ha encendido una llama de esperanza y organización popular. En el marco del lanzamiento del primer Territorio Campesino Agroalimentario (TECAM) del Sur de Bolívar, la comunidad ha dado un paso decisivo hacia la consolidación de su soberanía y su derecho a vivir con dignidad, fortaleciendo uno de sus pilares más valiosos: la Guardia Campesina.
La Guardia Campesina se presenta como mucho más que una figura simbólica. Es una estructura de organización y autodefensa comunitaria que ha sido fortalecida mediante talleres participativos, donde el aprendizaje colectivo, la reflexión crítica y la práctica constante han sido los motores de su consolidación.
“Ser parte de la guardia no es solo cargar un bastón, es cuidar la vida, el agua, la tierra y nuestros sueños”, comenta una de las lideresas del proceso. Para los habitantes de Micoahumado, este cuerpo representa una herramienta vital para la defensa de sus bienes comunes, sus planes de vida comunitarios y la construcción de una paz desde las comunidades.
El TECAM Paz y Soberanía de la Serranía de San Lucas fue oficialmente declarado este 29 de noviembre, en una jornada cargada de significado político y espiritual para las comunidades campesinas del territorio. Este modelo territorial busca garantizar el acceso, el uso y el control colectivo de la tierra y los recursos naturales, así como promover sistemas de producción agroecológicos.
El lanzamiento del TECAM simboliza también la resistencia frente al abandono estatal, la violencia estructural y la amenaza de proyectos extractivistas que históricamente han puesto en riesgo la vida y la cultura campesina en la región.
Desliza sobre las siguientes imágenes para saber más sobre la Guardia Campesina y los Territorios Campesinos Agroalimentarios:
La Guardia Campesina, con su presencia organizada y disciplinada, ha sido una figura central durante el proceso de conformación del TECAM. Su papel no solo es garantizar la seguridad del territorio, sino también cultivar la conciencia política y la unidad comunitaria.
Durante el evento de lanzamiento, la guardia se convirtió en protagonista de una jornada donde la dignidad fue alzada como bandera. Con bastones de mando en alto y voces firmes, las y los guardianes ratificaron su compromiso con la defensa de su territorio, dejando claro que el poder popular organizado es la herramienta más poderosa de los pueblos históricamente marginados.
La experiencia de Micoahumado es ejemplo de cómo la organización campesina puede convertirse en semilla de transformación. Frente a los desafíos que enfrentan las comunidades rurales del país, la Guardia Campesina y el TECAM representan una alternativa construida desde la base, con enfoque territorial, agroecológico y de paz.
“Nos están demostrando que otra Colombia es posible“, concluyó uno de los asistentes al acto. En el Sur de Bolívar, la soberanía, la paz y la justicia no son consignas abstractas, sino caminos que se construyen día a día desde las raíces del territorio.