Emergencia Humanitaria

Micoahumado resiste la arremetida paramilitar en la Serranía de San Lucas

Inoperancia de la fuerza pública

El pasado 18 de abril de 2024, un numeroso grupo de paramilitares del clan del golfo incursionó en el corregimiento San Agustín, conocido como Mina Proyecto, en el municipio de Arenal, invadieron algunas casas y se llevaron a una persona a la fuerza.

El mismo día, otro grupo de paramilitares llegaron a una finca en la vereda El Porvenir del corregimiento de Micoahumado, en la que se encontraban varios pobladores, y uno de ellos, el señor Eneil Anzola Perilla, fue asesinado por los paramilitares en el lugar.

A los otros dos pobladores, los señores Herney Bermúdez, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Los Arrayanes del municipio de Santa Rosa del Sur y José Humberto Anzola Medina, se los llevaron a la fuerza de la finca.

La comunidad formó una comisión para recuperar el cuerpo de la persona asesinada, y una parte se trasladó hasta donde se encontraba el grupo paramilitar para tratar de que entregaran a los dos campesinos retenidos, pero los paramilitares solo accedieron a liberar al señor Herney Bermúdez, y dijeron que iban para Micoahumado y que tenían unidades en varias partes con la orden de avanzar.

El 20 de abril un campesino encontró el cuerpo del señor José Humberto Anzola Medina, que al parecer fue asesinado la noche del 19 de abril y presentaba signos de tortura. Jose Humberto Anzola era habitante de la vereda El Porvenir y se dedicaba a la agricultura y la minería tradicional.

Tras estos hechos, entre el 20 y el 21 de abril más de 500 pobladores de los corregimientos de Micoahumado y Mina Proyecto se desplazaron al casco urbano del municipio de Morales y otros municipios cercanos para resguardar sus vidas ante la escalada de violencia paramilitar.

El 21 de abril de 2024, en Santa Rosa del Sur, es asesinado el líder histórico Narciso Beleño, presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar – Fedeagromisbol, quien dedicó su vida a luchar incansablemente por la vida y la permanencia en el territorio de las comunidades campesinas y mineras tradicionales, defendió con valentía la Serranía de San Lucas y denunció la arremetida paramilitar en connivencia con la Fuerza Marte.

2 (2)
3 (2)
4 (2)
5 (1)
previous arrow
next arrow

El Ejército Nacional desplegó tropas de la Fuerza de Tarea Conjunta Marte en el territorio, pero los militares se concentraron en inmediaciones del caserío La Plaza de Micoahumado, sin realizar ninguna acción para combatir a los paramilitares que aún se encuentran en Mina Proyecto, a una distancia de aproximadamente 26 kilómetros del centro corregimental de Micoahumado.

La comunidad se encuentra con gran preocupación, pues los paramilitares advirtieron que van a ingresar al caserío de Micoahumado cuando el Ejército se retire, mientras tanto continúan fortaleciéndose militarmente y consolidando su dominio en la zona minera, que constituye su principal interés económico.

Los paramilitares quieren convertir a Micoahumado en un trofeo de guerra, pero este territorio es símbolo de resistencia y dignidad, la comunidad ha luchado históricamente por defender la vida y el arraigo a la tierra, utilizando la palabra como estrategia para la construcción de paz.

El 28 de abril de 2024 se realizó una misión humanitaria convocada desde el Ministerio del Interior, en la que participaron entidades del nivel local, regional y nacional, donde la comunidad expuso la situación de emergencia humanitaria en que se encuentran y se presentaron ciertos compromisos por parte de la institucionalidad, entre ellos, la conformación de una mesa interinstitucional conformada por el Ministerio del Interior, la Agencia Nacional de Tierras, el Ministerio de Minas y Parques Nacionales Naturales, con participación de la comunidad para construir propuestas que permitan generar proyectos para el campesinado.

Sin embargo, estas acciones son inoportunas e ineficaces para solucionar la Emergencia Humanitaria, pues la comunidad de Micoahumado necesita garantías para la vida y la permanencia en el territorio; de nada sirve acceder a proyectos productivos que no van a poder desarrollar debido al despojo de sus tierras, el desplazamiento forzado, los asesinatos, las amenazas y atropellos de grupos paramilitares que arrasan con el tejido social y organizativo de las comunidades.

Es urgente un compromiso serio por parte del “gobierno del cambio” en cabeza de Gustavo Petro, a fin de que se adopten medidas estructurales para atender la Emergencia Humanitaria en la región, desmontar el paramilitarismo y acabar la connivencia del Estado, las fuerzas militares y los paramilitares, que actúan al servicio del gran capital, multinacionales y terratenientes, para despojar al campesinado de la tierra que ha habitado y defendido históricamente.