Pronunciamiento Público
Desde la Región de los Dos Ríos, lamentamos profundamente y RECHAZAMOS el vil asesinato de nuestro líder, amigo y compañero Narciso Beleño, ocurrido en el municipio de Santa Rosa, Sur de Bolívar, el pasado 21 de abril, aproximadamente a las 9:30 p.m. Narciso Beleño era presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (FEDEAGROMISBOL) y un histórico líder de la Serranía de San Lucas. Su asesinato constituye un hecho atroz e inhumano, ocurrido tras las múltiples denuncias públicas que realizó sobre el copamiento paramilitar en toda la región del Sur de Bolívar. Expresamos nuestra solidaridad y exigimos justicia para honrar su memoria y garantizar la seguridad de los líderes sociales en las regiones olvidadas de Colombia.
Narciso dedicó su vida entera a luchar incansablemente por las comunidades y por la permanencia en el territorio, fue un líder histórico que enarboló las banderas de la soberanía popular y que defendió con valentía los ríos, bosques y montañas de la Serranía de San Lucas, dejando un legado de resistencia y dignidad. Durante su caminar por esta región, guió los pasos de las comunidades en la lucha por la protección ambiental y el reconocimiento de la minería ancestral, tradicional y artesanal, avanzando en los mandatos populares del Coordinador Nacional Agrario y el Congreso de los Pueblos.
Desliza sobre el siguiente carrusel de imágenes para entender un poco más el contexto sobre el asesinato de Narciso.
Este riesgo ya había sido advertido en múltiples ocasiones por las comunidades y sus liderazgos, que han venido siendo blanco de fuertes señalamientos y amenazas por parte del Clan del golfo, esto debido a la estigmatización de la administración municipal y las fuerzas militares, que vienen señalando a este proceso organizativo como parte de la insurgencia, incluso en espacios amplios, como sucedió en el Consejo de Seguridad del pasado mes de noviembre en Santa Rosa del Sur, lo cual demuestra la continuidad de la doctrina del enemigo interno.
Las comunidades de la Región de Los Dos Ríos somos víctimas de un plan de genocidio que intenta callarnos a través de las balas y la bota militar, con el objetivo de despojarnos de nuestros territorios y adueñarse de las riquezas de nuestra tierra. Representamos un obstáculo para la oligarquía, las multinacionales, empresarios y grupos paraestatales que ven en nuestros liderazgos y las comunidades un tropiezo para sus intereses.
Desde hace varios años hemos venido denunciando esta grave situación y generando alertas con las instituciones del Estado y los organismos internacionales, pero todo ha sido insuficiente; por el contrario, se ha agudizado la amenaza contra los líderes y lideresas, defensores y defensoras de derechos humanos, mientras que el paramilitarismo se fortalece y nos sigue amenazando, desplazando, confinando y asesinando en total impunidad.
El año pasado (2023), en el mes de enero, las comunidades de la macroregión del Magdalena Medio nos movilizamos a la vía de la Lizama – Santander, jornada que llamamos “Paro regional por la Vida y la Permanencia en el territorio”, salimos a las calles a denunciar el copamiento paramilitar en los territorios, el desplazamiento, confinamiento y asesinato selectivo, exigiendo la declaratoria y solución de la Emergencia Humanitaria por la arremetida paramilitar, llegando a unos compromisos con el Ministerio del Interior que aún no se han cumplido y han dejado a la población civil a merced del paramilitarismo.
Es inconcebible que no existan respuestas y medidas integrales del “gobierno del cambio” que ha hecho oídos sordos a este llamado, mientras nuestros compañeros son asesinados esperando garantías para vivir. Exigimos el Desmonte del Paramilitarismo y que el Estado colombiano adelante las investigaciones pertinentes sobre la connivencia entre las fuerzas militares FFMM y los grupos paramilitares.
Responsabilizamos al gobierno nacional y al estado colombiano por el asesinato de nuestros liderazgos sociales y las graves violaciones a los derechos humanos que se presentan por su acción u omisión, como muestra de la ineptitud para la atención de ésta Emergencia Humanitaria anunciada desde hace mas de dos años.